Música en grande

Lederach afirma que es asombroso que se haya prestado tan poca atención a la música en la literatura formal sobre la consolidación de la paz. A las ideas poéticas sobre las cualidades de la música se unen reflexiones más teóricas sobre el potencial de la música para contribuir a la construcción de la paz de formas inesperadas. El capítulo de Lederach se basa en su anterior obra de 2010, Cuando la Sangre y los Huesos Claman, escrita con su hija, Angela Jill Lederach. Lederach explora cómo la música en general «evoca, provoca e invoca». Sugiere que, al abordar la música y la consolidación de la paz, debemos entrar por la puerta del paisaje sonoro, reconociendo cómo la música puede evocar la profundidad del significado, provocar respuestas activas e invocar compromisos y viajes a través del pasado, el presente y el futuro hacia la paz.