Romper el ciclo de la violencia

Las imágenes de los atentados terroristas del 11 de septiembre aún centellean en mi mente. El corazón de América está desgarrado, incluso nuestra confianza más básica suspendida. Como estadounidenses, necesitamos expresar nuestra profunda angustia, nuestra sensación de impotencia y pérdida colectiva. El grito de venganza también es una respuesta profundamente humana. Pero también necesitamos un plan de acción que busque no sólo reparar la injusticia contra nosotros, sino también promover un cambio que rompa el ciclo de la violencia.

Tras haber trabajado durante casi 20 años como mediador y promotor del cambio no violento en situaciones de todo el mundo en las que los ciclos de violencia profunda parecen empeñados en perpetuarse, he visto cómo las personas sitúan en el centro de sus identidades formas de justificar su participación en el ciclo de violencia.

Teniendo esto en cuenta, comparto estas observaciones. Empiezo explorando la naturaleza del reto al que nos enfrentamos. La respuesta que propongo se toma en serio el desafío en busca de un cambio genuino, duradero y pacífico…