El lugar de encuentro

Durante la segunda mitad de los años 80, gran parte de mi trabajo se concentró en apoyar los esfuerzos del equipo de Conciliación por la paz en Nicaragua. Trabajé estrechamente con líderes de las iglesias morava y baptista que habían sido designados mediadores entre la resistencia de la Costa Este y el gobierno sandinista. En un capítulo anterior, relaté algunas de las dificultades a las que me enfrenté. También descubrí que este periodo de trabajo fue un periodo de intenso aprendizaje de hermanos, hermanas y experiencias que compartimos. Mientras que yo quizás tenía más formación académica en resolución de conflictos, mis colegas habían vadeado durante muchos años las aguas más profundas de la vida, las relaciones y la construcción de la paz en una Centroamérica devastada por la guerra. Recibí muchos regalos a través de las experiencias, pero el más importante fue un nuevo juego de lentes. Por momentos fugaces fui capaz de ver las cosas a mi alrededor de formas nuevas. A través de sus ojos vi más allá de la resolución del conflicto, hacia la reconciliación.