El desafío del terror

Así que aquí estoy, una semana tarde llegando a casa, atrapada entre Colombia, Guatemala y Harrisonburg cuando nuestro mundo cambió. Las imágenes parpadean incluso mientras duermo. El corazón de América desgarrado. Aunque naturales, el grito de venganza y el llamamiento al desencadenamiento de la primera guerra de este siglo, prolongada o no, parecen más relacionados con procesos sociales y psicológicos de búsqueda de una forma de liberar la profunda angustia emocional, la sensación de impotencia y nuestra pérdida colectiva que con un plan de acción que busque reparar la injusticia, promover el cambio y evitar que vuelva a repetirse.

Estoy atrapado de aeropuerto en aeropuerto mientras escribo esto, la realidad de un sistema global que ha suspendido incluso la confianza más básica. Hoy me han quitado las pilas Duracell y el cortaúñas y eso me ha hecho reflexionar. He hecho muchas pausas en los últimos días. La vida no ha sido la misma…