¿eres nuevo en la consolidación de la paz?

Trascender la violencia se forja con la capacidad de generar, movilizar y construir la imaginación moral. El tipo de imaginación al que me refiero se moviliza cuando cuatro disciplinas y capacidades se mantienen unidas y son practicadas por quienes encuentran la manera de elevarse por encima de la violencia. En pocas palabras, la imaginación moral requiere la capacidad de imaginarnos a nosotros mismos en una red de relaciones que incluya a nuestros enemigos; la capacidad de mantener una curiosidad paradójica que abarque la complejidad sin depender de la polaridad dualista; la creencia fundamental en el acto creativo y la búsqueda del mismo; y la aceptación del riesgo inherente de adentrarse en el misterio de lo desconocido que yace más allá del paisaje demasiado familiar de la violencia.

Abordar las profundas pautas de deshumanización que surgen de los ciclos de violencia y los impulsan exige abrazar con valentía el mundo interior menos visible de los líderes, donde residen los pozos de estas cualidades de la imaginación. Para guiarnos hacia la rehumanización mientras vivimos en medio de la fragmentación debemos imaginar la escuela de vida de la totalidad que centra las cualidades de la compasión, la curiosidad, la humildad, la resiliencia y el coraje, que nos permiten ser plenamente humanos unos con otros, incluso con aquellos a los que tememos, mientras buscamos las estrategias creativas que trascienden la división y la violencia que se encuentran en nuestro viaje y futuro compartidos.